Un día como docente en 2030
Como siempre, el profesor llega a clase con su aeromoto, concretamente una 74-Z Speeder Bike, y, una vez que la ha aparcado, se dirige a clase.
Te preguntarás querido lector del pasado, pero qué hay de nuevo en este futuro. Bien, pues nuestro protagonista, el docente cuyo nombre ni recuerdo, ha preparado su clase de una forma un tanto particular. Esto es gracias a las clases interactivas, nuevos cubículos preparados con dispositivos que propician la creación de un espacio. En este sentido, los alumnos se situarán en cualquier espacio que el docente desee y desarrollarán diferentes prácticas.
Así pues, como hoy toca impartir la generación del 27, el docente programa en su ordenador un espacio propio de este época y con un solo clic el aula se ha convertido en un café en el que aparecen, gracias a los hologramas, diferentes personajes de la generación del 27. De hecho, si ahondamos más en este espacio todos ellos se encuentran en una tertulia literaria. Seguidamente, el docente asigna grupos para que cada uno investigue la sala, los personajes y sobre lo que hablan, todo ello utilizando diferentes herramientas tecnológicas.
Así que sí, nuestro alumnado en 2030 aprende contenido de lengua y literatura gracias a las situaciones prácticas de aprendizaje que propician los nuevos inventos tecnológicos. En este caso las clases interactivas, que utilizan la realidad aumentada, los hologramas y diversos dispositivos, que aún no quiero desvelar... pues en tu tiempo, querido lector, no han sido creados.
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