La travesía continúa
que poner un motor a una barca…
Hay que medir, pensar, equilibrar…
y poner todo en marcha.
He parpadeado y, como un suspiro, ha pasado el tiempo velozmente. Hace nada estábamos presentando la asignatura y ahora es el momento de la despedida, aunque es una despedida parcial porque siempre quedará el Twitter como ese lugar de encuentro y conocimiento. Precisamente, de tecnología versa el escrito. El ser humano muestra una tendencia a la vanidad, a creer que no puede aprender nada nuevo. Nada más lejos de la realidad. Esta asignatura me ha descubierto un nuevo mundo –el tecnológico– que brinda infinitas posibilidades en diferentes campos. Principalmente, he ampliado mi bagaje de recursos con los que dinamizar la práctica docente, he descubierto nuevos portales con los que nutrirme de conocimientos y, sobre todo, he tenido la certeza de que otra educación es posible. Una educación (inter)conectada que adquiere sentido en la interacción con el mundo virtual y su relación con el mundo real.
Otro tanto ocurre con la manera de concebir la enseñanza. ¿Acaso el humor no puede ser una herramienta para el aprendizaje? Quizá una de mis prácticas favoritas haya sido la creación de memes. La riqueza intertextual no tiene límites, así como el ingenio humano. Dejemos la imposición del formalismo acomodado y asumamos que la educación se puede acometer desde diferentes perspectivas. Los lectores empedernidos disfrutamos enormemente con este tipo de actividades. ¡Hagamos de los alumnos lectores empedernidos! La tecnología tiene la ventaja de conectar mejor con los gustos contemporáneos, ¿por qué no aprovecharla en nuestro beneficio? Por ejemplo, hacer una constelación literaria me ha servido para darme cuenta de que el discurso textual puede enriquecerse enormemente, en la medida en que la red es infinita. Siempre hay una nueva alusión que puede adquirir diferentes formas (vídeo, imagen, gif, twitt, juego, meme, etc.). Además, este tipo de planteamientos concretan las nuevas teorías del conectivismo y abren un universo de posibilidades para mejorar las lecturas literarias. El concepto de obra abierta y los fundamentos de la teoría de la recepción nos aseguran que las obras de literatura pueden adquirir constantemente nuevos significados. Ahora, con la tecnología, tales obras se convierten en entes inmortales, ya que están sujetas a un sempiterno trabajo de relectura que queda reflejado en la red.
En cualquier caso, cada práctica realizada a lo largo de las sesiones ha sido de gran ayuda porque me ha permitido conocer aspectos de la tecnología que me preparan como futuro docente para ofrecer una respuesta eficaz ante las exigencias de la nueva realidad tecnificada. Y qué decir de las magníficas conferencias que hemos recibido de invitados excepcionales que nos han ilustrado con su sabiduría en diferentes campos: desde la inteligencia artificial hasta la realidad del aula, pasando por las oposiciones y los campos de investigación. Como se deduce, esta asignatura ha ido más allá de la tecnología, ha sido una experiencia humana orquestada de manera magistral por José Rovira. Ha sabido conectar con nosotros a la perfección, combinando armónicamente el humor, la cultura de la que somos partícipes y el rigor académico. Es el claro ejemplo de que otra educación es posible. Una educación más significativa que contempla la dimensión afectiva y social del aprendizaje. El blog para compartir contenidos y el trabajo en equipo han sido dos elementos clave para fraguar el sentido de grupo. Por ello, puedo decir que estoy muy agradecido de haber sido parte de esta gran experiencia; de esta gran familia. Seguiremos en Twitter compartiendo conocimiento y anécdotas; siempre buscando la mejora como docentes y como personas. El navío sigue su curso, tu legado continúa.
Excelente broche poético para cerrar. Y mil gracias por las palabras. ¡¡Nos leemos!!
ResponderEliminarHa sido un placer. Gracias :)
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