ESTO NO ES UN ADIÓS
Todo empezó el primero de marzo a las cinco de la tarde. Todos habíamos terminado nuestras prácticas y creíamos que ya lo habíamos visto todo, que habíamos alcanzado el cenit del máster y que lo que venía a continuación era mera teoría que ya no podíamos poner en práctica y que se iba a quedar guardada en un cajón que, con mucha suerte, se abriría en septiembre. “Investigación, innovación y uso de TIC en la enseñanza de lengua y literatura”, ¿qué era eso?, ¿otra asignatura que nos iba a enseñar las herramientas de Word y PowerPoint? Pronto nos dimos cuenta de lo inocentes que éramos, pues conocimos a un tal José Rovira que nos puso el mundo –educativo– patas arriba. Desde el minuto uno nos habló de “constelaciones”, “relatos multimodales”, “narrativas transmedia”, “booktubers”, “booktrailers”, “redes de lectura” y otras herramientas de las que jamás habíamos oído hablar. ¿Quién podía figurarse que era posible enseñar literatura por medio de memes o videojuegos? Y por si fuera poco, ¿quién se podía imaginar que existía un chatbot con el aspecto de la cantante Billie Eilish al que se le podía preguntar cualquier cuestión acerca de la primera parte del Quijote?
Esta asignatura me ha cambiado totalmente los planes y la perspectiva que tenía de la enseñanza de la lengua y literatura en secundaria, pues he descubierto una serie de recursos que no sirven para hacer lo mismo que lo que se hacía sin ellos, sino que permiten conectar los contenidos de la asignatura con la realidad e intereses del alumnado adolescente y crear, a su vez, espacios reales de aprendizaje en los que este se convierte en el protagonista de su aprendizaje y construye, con la ayuda y cooperación de sus compañeros/as, su propio conocimiento. Además, he podido advertir que aprender puede ser –y, de hecho, es– divertido. Esto lo he corroborado, sobre todo, con la creación del relato multimodal y la elaboración de los memes de #INVTICUA21; sin duda, las dos prácticas con las que más he disfrutado. No obstante, lo importante no radica en el placer que producen actividades como las mencionadas, sino en el conocimiento intertextual que estas requieren para su disfrute y que, como docentes de literatura, procuramos enriquecer en nuestras futuras clases. Por otra parte, me gustaría destacar la gran oportunidad que nos ha brindado #INVTICUA21 de conocer en directo a grandes referentes del mundo educativo como Pep Hernández, que nos ofreció una charla motivadora acerca de nuestro futuro docente, Rocío Serna, que nos explicó las posibilidades didácticas de los videojuegos en clase de literatura, y Rafael González, que nos dio a conocer el gran invento de Dulcineia, el chatbot mencionado experto en la primera parte del Quijote.
No cabe duda de que #INVTICUA21 no ha dejado de sorprenderme. Cada clase ha supuesto un maremagnum de conceptos y herramientas que nos ha abierto los ojos ante una nueva manera de enseñar adaptada a las exigencias de la sociedad actual, dominada por las tecnologías de la información y comunicación. Pero lo tengo todo anotado y espero ponerlo en práctica en un futuro con mi alumnado. No miento si digo que voy a echar en falta estas clases, pero hay que mirar el lado positivo: siempre nos quedará Twitter. ¡Nos leemos!
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