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Práctica 1. Ana Arroyo Botella: PLE para DLL #INVTICUA21

 

La necesidad de las TIC en tiempos de cóvid

Muchos coincidirán conmigo si digo que las TIC nos han hecho la vida más cómoda y fácil. ¿Qué hubiera sido de nosotros en la pandemia si no hubiéramos podido ver la cara de nuestros seres queridos por medio de una videollamada? ¿Cómo podríamos haber continuado nuestros estudios sin las clases virtuales? ¿Cómo habríamos encontrado la información precisa para esas tres letras que tanto nos abruma mencionar (TFG)? La pandemia nos ha obligado en cierto modo a familiarizarnos un poco más con las TIC, pero ¿quién no se alegra por ello? Aquí os dejo una lista con algunas herramientas de mi Entorno Personal de Aprendizaje. Aunque la mayoría ya las conocía, durante este último año he incrementado el uso de todas ellas:


1. GoogleDrive. Gracias a esta herramienta, que permite compartir archivos con varios usuarios, he podido realizar la mayoría de trabajos en grupo. Y es que resulta muy útil el hecho de que todos los componentes del equipo puedan ver los cambios que se realizan de un mismo documento.


2. Whatsapp. Esta aplicación siempre ha estado presente en mi entorno de aprendizaje, pues es el medio de comunicación más rápido para crear grupos de trabajo y aclarar ciertas dudas en lo que se refiere al tema que se investiga. Asimismo, sus videollamadas permiten realizar reuniones virtuales con los miembros del equipo, muy necesarias cuando los mensajes de texto no son suficientes.


3. FundéuBBVA. En segundo de carrera descubrí esta maravilla de herramienta, que pretende “impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación”. Su buscador urgente de dudas te permite solucionar cualquier dilema que te surja en la redacción de un documento en torno al uso correcto o recomendado de una determinada palabra o expresión. ¿Se dice “esta agua” o “este agua”?, ¿“mucha hambre” o “mucho hambre”? La Fundéu siempre tiene la solución. Y si tu duda no aparece en el buscador, puedes realizar una consulta que se responderá en un espacio breve de tiempo. Actualmente, esta herramienta no solo me ayuda a realizar tareas de investigación para la universidad, sino que también me aclara ciertas cuestiones en lo que se refiere al habla diaria y que, si no las resuelvo, me impiden el buen descanso por la noche. Además, es tan grande mi amor y afición por la lengua que recurro a la Fundéu por mero placer. Me encanta leer curiosidades sobre ciertos usos lingüísticos y estar al día de las novedades del idioma. Aún sueño con estar al otro lado de ese buscador para ser yo quien resuelva las dudas lingüísticas de los hablantes.   

                    


4. Google Meet. Entre otras aplicaciones como Webex, Zoom, y UAcloud, Google Meet es el servicio de videotelefonía que más he utilizado durante la pandemia, pues este me ha permitido asistir a todas mis clases y reunirme con mis compañeros para organizar los trabajos en grupo. Sus salas de videoconferencia cuentan con un chat, una opción para compartir pantalla y un modo de visualización que permite “mirar a los ojos” a los interlocutores.


5. El País. Cuando estaba en segundo de bachillerato, estaba tan ocupada que apenas me enteraba lo que ocurría en el mundo. Es por eso por lo que me descargué en el móvil la aplicación del periódico El País y me activé sus notificaciones para leer en el autobús los acontecimientos más destacados que tenían lugar en el día a día. Actualmente, consulto la web del periódico para leer columnas periodísticas sobre asuntos relacionados con la lengua, ya que, aparte de mi ya mencionada curiosidad por los nuevos usos del idioma, son el objeto de mi TFM.


6. Twitter. Durante la adolescencia, solía manejar esta red social por mero entretenimiento. Sin embargo, cuando empecé la universidad me di cuenta de las aplicaciones didácticas que esta herramienta ofrecía –por ejemplo, en clase de catalán comentábamos las exposiciones orales de los compañeros a través de tuits con un hashtag compartido. Twitter fue además la base de mi TFG, pues en este analicé tres hilos en los que los usuarios llevaban a cabo un debate acerca de la lengua en lo que se refiere a su norma y uso. Merece la pena estudiar la manera en que los hablantes reflexionan metalingüísticamente de manera pública. Ahora, gracias a la asignatura de TIC, he vuelto a esta red microblogging para ponerme al día de las últimas noticias en lengua, literatura y educación.


7. Skype. Cuando llegó el fin de la docencia presencial en marzo de 2020, creía que ya no sería posible impartir las clases de saxofón a mis alumnos, pues para enseñar música es realmente necesario escuchar y corregir de cerca a tus aprendices. No obstante, decidí reinventarme y probar con este software, que permite realizar videollamadas individuales y grupales, enviar mensajes instantáneos y compartir archivos. La experiencia fue tan buena que decidí continuar con esta modalidad online. Mi alumna ha mejorado mucho, y todo a través de una pantalla.


8. Gmail. Como alumna, este servicio de correo electrónico me ha permitido comunicarme con mis profesores desde que iba al instituto. Hoy, junto con las tutorías virtuales de UAcloud, sigue siendo un medio muy presente en mi entorno de aprendizaje para el fin ya mencionado. Pero, además, también me sirvo de esta herramienta para enviar a mi alumna de saxofón materiales de estudio y aclarar ciertas dudas que puedan surgir al respecto. 


9. Youtube. Este sitio web me ha permitido comprender, mediante vídeos didácticos, ciertos contenidos que en clase no asimilaba del todo. Asimismo, me ha servido como fuente de materiales (películas, documentales, cortometrajes) en diversas asignaturas de la carrera y el máster. 


10. Dialnet. Junto con la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (BVMC), el Centro Virtual Cervantes (CVC) y Google Académico, Dialnet se ha convertido en mi base de datos por excelencia a la hora de realizar trabajos de investigación. Se trata de una fuente de información fiable en la que podemos encontrar publicaciones especialmente relacionadas con las ciencias humanas y sociales. 


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